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Alumnas de la escuela y clientes acompañados, que han recibido sesiones,

nos dan su testimonio

Sara Clavería

Alumna de la 1ª promoción de:

Experto en Coaching Oncológico con practitioner en PNL

Valentina Martínez

Alumna de la 1ª promoción de:

Experto en Coaching Oncológico con practitioner en PNL

Grabación de alumnas de la 1ª promoción en Acompañamiento Oncológico, junto con testimonios de algunas personas que han recibido acompañamiento por parte de Marta Brule

El curso de acompañamiento oncológico ha sido muy enriquecedor para mí, pues después de haber superado el cáncer, me di cuenta de que quería acompañar a otros en su proceso, pero sentía que me hacían falta herramientas. En él las encontré, pero además encontré cosas nuevas en mi que no había visto o comprendido, conocí personas extraordinarias y adquirí mayor seguridad para trabajar en lo que hoy me hace feliz.   

Trabajo interior, comunicación interna y externa, meditaciones, visualizaciones y muchas risas son solo algunas cosas que me llevo de este curso que ojalá muchos se animen a tomar para que cada vez seamos más los que acompañamos a otros en su proceso y podamos hacer que sea más llevadero.  

 

Gracias Marta y Silvia por todo lo que nos enseñan, por su trabajo, su compromiso y su entrega a este proyecto que estoy segura de que llegará a muchas partes del mundo. 

Montse Gtz, Méjico. @Oncologuia

uando la Vida nos propone una remodelación completa desde los propios cimientos es difícil mantenerse en equilibrio,  sobre todo desde el correr frenético diario haciendo sin sentido.  

Un proceso oncológico es uno de esos momentos decisivos donde tu elección consciente de ser parte activa en tu sanación es fundamental.  

Atravesarlo acompañado de alguien que haya experimentado su propio proceso y que,  además,  tenga formación específica,  cree un espacio seguro y te guíe a encontrar tus propios recursos marca la diferencia.  

 El curso de acompañamiento oncológico que  Silvia y Marta Brule ofrecen es transformador ya que trabajar en nosotros es una importante clave para acompañar desde un lugar que aporte valor. Su conocimiento,  formación y su corazón hermoso nos han llevado a crecer como profesionales y como personas. 

 Un curso con prácticas y aportaciones valiosas de profesionales que lo han enriquecido. El grupo maravilloso,  un lugar para mostrarnos vulnerables y sanar juntas. 

 Gracias a las compañeras,  a Silvia y a Marta por hacer del acompañamiento oncológico una poderosa herramienta.  

Ana Martínez. Málaga 

Las experiencias de vida más desagradables que había tenido hasta el momento, resultaron ser las herramientas más valiosas que pude usar durante la enfermedad de mi hija.

Mezclado con mi carácter, mis valores y el amor por mi hija se formó la ecuación para que el Cáncer fuese parte de una nueva experiencia de vida que traería sin saberlo nuevos horizontes.

Habían pasado ya unos 6 años del diagnóstico, había tenido tiempo de hacer “las paces” con la enfermedad cuando llegó a mi la posibilidad de este curso.

Desde que lo escuché resonó en mi interior. Quería hacerlo. Iba a hacerlo. No sabía con qué fin, pero sabía que lo quería, y sabía que cuando me tocase la lotería (mi pensamiento jeje) no haría otra cosa más que voluntariados gracias a este curso.

¿El curso? Enriquecedor a nivel máximo. Lo mejor que he hecho en mi vida(y no exagero). Con él aprendes a cuidar y gestionar tus emociones, a conocerte, te enseña a valorarte, amarte, entenderte y un sin fin de cosas más necesarias para ayudar a los demás. Por supuesto, además todo lo que se necesita saber para acompañar a un paciente oncológico impartido desde la propia vivencia de los que un día necesitaron ser “acompañados”, por lo tanto lo definiría como imprescindible.

Ha cambiado mi rumbo, me ha dado las herramientas para dar ese giro que yo ansiaba.

En estos meses he descubierto que mi propósito de vida actual es ayudar a pacientes oncológicos y sus familias, y no solo lo he descubierto, si no que ya lo hago.

Eternamente agradecida a Marta y Silvia por hacerlo posible, por su saber hacer, su implicación y cariño que aporta un valor añadido que lo describo como inigualable.   Sandra Albares, Madrid

Suelo decir que el cáncer ha marcado mi camino pues, fue a raíz de su diagnóstico y de todo el proceso de cambio que se inició en mi, que llegue a conocerme y a saber qué quería hacer con mi vida. Sin duda alguna, un cáncer viene a transformarte, viene a gritarte que vuelvas a poner la atención en ti, a reencontrarte con tu alma, con esa parte de tu esencia que habías perdido. Y, desde ahí, pasan cosas mágicas.  

Desde que empecé este camino de sanación en mi y, sobre todo, al terminarlo tenía claro que quería dedicarme a ayudar a otras personas pasando por lo mismo a vivirlo desde un lugar de mucho más amor y aceptación pero no sabía muy bien como hacerlo ni como integrar todo lo aprendido. Fue ahí cuando Silvia y Marta llegaron a mí, con esta formación que es un auténtico tesoro y me embarque en esta aventura con ellas. Formarme como Acompañante Oncológico ¡¡Que bien suena!!   

Lo que yo no sabía entonces es que al terminar no solo iba a ser y sentirme acompañante y tener la seguridad de Acompañar (preciosa palabra que ellas me han hecho amar) con las mejores herramientas para transmitir a esa persona iniciando su camino y a sus familiares seguridad, calma y sosiego en su proceso, sino que además, con todo lo trabajado a nivel gestión emocional, diálogo interno y autoconocimiento termino conociéndome a mí misma a un nivel muy profundo y segura de todo lo que hay en mí para realizar este camino con éxito. Y, por si esto fuera poco (que te digo que no lo es), encima me llevo ratos de risas, compartires preciosos y un grupo de personitas llenas de luz que no son mis compañeras de curso no… Son amigas, familia, cómplices de por vida. 

La formación auna teoría, técnicas de gestión emocional, meditación, visualizacion, herramientas super poderosas para desarrollar nuestra profesión, prácticas para que salgamos seguras y profesionales y la cercanía y profesionalidad de estas dos profesoras que son oro puro.   

Después de mi paso por aquí hoy puedo decir que me siento y soy acompañante de mujeres en su proceso de sanación y de familiares que tanto necesitan esta labor y, sin duda alguna te animo a que si tú sueño es, como el mío, dedicarte a esta bella profesión lo hagas con la mejor formación posible: una exclusiva y enfocada al proceso oncologico.  Eternamente agradecida a Silvia y Marta.  

Tamara Barragán. Madrid @tamarabarraganvc

 Siempre digo que las cosas pasan por causalidad y no por casualidad. Ángeles que se cruzan en tu camino y cambian tu vida. Así fue como llegué a Marta, un ángel. Y, como consecuencia, llegué a Brulemoción. 

Soy Coach en Nutrición Integral y ayudo a personas a mejorar su salud a través de cambios de hábitos en la alimentación y en su vida. Integral implica con un enfoque del cuerpo en su conjunto analizando otros factores que afectan a nuestra salud, entre ellos las emociones. Desde el punto de vista de la prevención estos cambios en el estilo de vida son fundamentales. Ahora bien, cada vez era más consciente que todas las herramientas que aplicaba en personas a nivel ‘prevención’ se podían aplicar a personas que ya habían llegado a la enfermedad, al cáncer, ya que muchos cambios les podría ayudar en la mejora de los tratamientos, reducir los efectos secundarios, mejorar su salud, etc. 

Sentía la necesidad de profundizar más en el tema de la gestión emocional ya que durante el proceso muchas personas se sienten perdidas, angustiadas, vulnerables, culpables, con miedo, responsables de la enfermedad, … hay muchas emociones en todo ese camino por el que están pasando. Y fue allí cuando, por ‘causalidad’, conocí a Marta y me animé a hacer esta maravillosa formación de ‘Acompañamiento Oncológico’. 

Durante la formación no sólo aprendemos que cuando acompañamos en procesos oncológicos guiamos a las personas, de la mano, de manera sostenida y les ayudamos a encontrar sus propios recursos para transformar su presente. Sino que, además, parte de la formación está muy enfocada en nuestro propio autoconocimiento, nuestro propio trabajo interior, a conocernos más, a querernos y cuidarnos más, a cambiar la actitud, etc. Es una formación transformadora de uno mismo; elemento clave y fundamental para poder acompañar a las personas que están atravesando este camino. 

El curso de Marta y Silvia Brule desde su conocimiento, desde su cariño, su simpatía, … nos transforma como personas y nos permite que podamos entender a quienes pasan por un proceso oncológico, nos enseña a escuchar de manera activa, nos da herramientas para que las personas puedan descubrir su poder y capacidad de transformación, a sentirse mejor durante el camino que están atravesando y después, a vivir el presente y no anticiparse al futuro. Es un compartir, es una ayudar, es un escuchar, es una muleta de apoyo y mucho más para personas que están atravesando esa situación incierta que es el cáncer y todo lo que ello conlleva. 

Muchas gracias queridas por formarnos y por hacer posible que podamos ayudar a personas se sientan ‘acompañadas’, sostenidas durante su proceso. 

Ana Larriut, Madrid @analarriuthealthcoach 

¿Qué es para mí el acompañamiento oncológico? No soy mamá, soy tía. Tía de una pequeña que fue diagnosticada con Leucemia Linfoblástica Aguda de alto riesgo, a los 5 años, en Noviembre de 2020.
No soy una tía al uso, para mi esa pequeña es mi persona favorita en el mundo.
Así que, con el diagnóstico me vine totalmente abajo, tengo que recalcar que además padezco de TOC, lo que hizo y hace todo más complicado. Los pensamientos rumiantes negativos eran constantes y mi mente estaba negra.
Por casualidades de la vida, el libro “Piedras en los bolsillos” fue a parar a manos de mi querida cuñada, mamá de la pequeña. Este libro salvó nuestras cabezas. Su escritora, Marta Brule, fue mamá de un adolescente luchador de la misma pelea que nuestra pequeña, hace ya varios años, ahora ya casi un hombre hecho y derecho. Cuando ella y su familia pasaron por ese trance, se sintieron “solos” respecto a como afrontar la enfermedad. Al cabo de un tiempo se formó como coach de acompañamiento oncológico a familias y pacientes, para que tuviéramos las herramientas que no encontraron ellos hace unos años.
Gracias al libro, contactamos con Marta. Primero mi hermano y cuñada. Después yo.  Ella ha sido y es, nuestra muleta. Como cuando te rompes una pierna y te ayudas de una, la pierna sigue rota, pero tienes la ayuda de la muleta.
La leucemia no la podemos quitar por arte de magia, desgraciadamente, pero ella nos ha ayudado a gestionarla.

La primera vez que hablé con Marta, mi mente estaba totalmente negra, solo lloraba y era incapaz de ver algo de luz, quedaba por delante un tratamiento terrorífico y la maldita incertidumbre. Creí no soportarlo.
Ella me enseñó a visualizar en positivo, mediante la meditación, y yo aprovechaba esas visualizaciones para plasmarlas en dibujos. Durante la visualización era como magia, realmente creía sentirme donde me había llevado, y mientras dibujaba sentía la paz de dibujar lo que yo quería que pasara, mis visualizaciones en positivo.
Los primeros meses que fueron tan duros, por las noches yo misma meditaba sobre lo que había visualizado para estar más relajada y eso me ayudaba a dormirme. Y es que gracias a los dibujos que hacía era muy fácil llegar a la visualización de manera rápida, recuerdo la esfera del 0,0, el encuentro con los delfines del milagro, dibujar a la pequeña dentro de unos años…
Con mis pensamientos negativos y miedos, que eran tantos, trabajamos también mediante el dibujo, dibujarlos me hacía sacarlos fuera. También los trabajamos de más maneras, mediante ejercicios. Realicé un pacto con el miedo. Creamos un mantra para cuando mis pensamientos entraran en bucle, y era “ella está sana y feliz”, lo repetía y lo repetía para que mi mente lo creyera. Quiero recalcar que Marta no es maga ni una persona que te dice lo que te gustaría escuchar, porque qué maravilloso sería que Marta nos dijera “estate tranquila que la pequeña se salva al 100%”. No. Ella no te va a decir nunca esto, porque es imposible que ella lo sepa. Ella te va a ayudar a pasar el camino, que tus bolsillos tengan menos piedras. Y a vivir día a día, en el aquí y en el ahora. Pensar en futuro es muy angustiante.
He aprendido a gestionar mis pensamientos negativos mediante la S y el 8. Un ejercicio que trata de que los pensamientos lleguen y se vayan, como una S, y no dejarlos circular en bucle como un 8. Porque hay que hacer STOP con esos pensamientos, o desesperas.
A los pocos meses del diagnóstico, dejé mi trabajo. Hubo un punto de inflexión que hizo darme cuenta que no me hacía feliz, sentía la necesidad de hacer algo para ayudar a los demás cuando me encontrara más animada. Nunca antes había pensado en dejar un trabajo estable y bien remunerado, me conformaba con él. Ahora ya no. Con esta enfermedad cerca, cambias tú, cambian tus prioridades en la vida, hay personas que se alejan y otras nuevas llegan para ayudarte. Estoy a punto de empezar mis prácticas como celadora en un hospital.
El diagnóstico de la pequeña me ha cambiado para bien, esto tardé en entenderlo y gracias a Marta lo entendí. Ojalá nunca le hubiera pasado y yo siguiera con mi vida anterior, pues no conocía otra cosa. Entonces comprendí que el diagnóstico yo no podía cambiarlo, solo podía aprender a vivir con el e intentar sacarle la parte positiva (al principio me era imposible pensar eso).
Marta me enseñó a estar más fuerte para poder ayudar a mi hermano y cuñada, si yo estaba mal no iba a poder hacerlo y yo tenía la necesidad de poder ayudarles con lo que fuera, hasta me convertí con orgullo en la tía Glovo. Me enseñó a como tratarles, a como ayudarles sin molestar, a estar ahí.
Al cabo de los meses hasta conseguí hacer una lista larguísima de motivos que tengo para celebrar la vida.
Ahora, mayo 2022, ya ha acabado la parte más dura del tratamiento y nuestra pequeña se encuentra en mantenimiento, encontramos alguna piedra pero todo se solventó, gracias a la medicina y a su cuerpo, todo marcha perfecto, seguimos por el primer camino que comenzamos y con buena letra. Ahora vemos la luz, impensable hace meses.
Le doy las gracias a la medicina, y a Marta por acompañarnos en este trago. Sigo teniendo miedos, pero ahora soy capaz de convertirlos en coraje.  ELLA ESTÁ SANA Y FELIZ.  Mónica Rivas Barcelona 

 Marta es la Coach con mayor orientación a las personas y su bienestar que conozco. Su espectacular vocación como coach oncológico hace que sus procesos sean sanadores en sí mismos. Fue un placer contar con Marta como alumna y ver su maravillosa labor y evolución. ¡Absolutamente recomendable! Elena del Sol  – Sales trainer Iberia Align Technology

 * Tengo sesiones de coaching con meditaciones con la señora Sylvia por tres meses, su ayuda es de gran ayuda para solventar mi situación actual. Desde que ella me escucha y ayuda mi vida y mi actitud están cambiando. Soy mucho más feliz. Muy recomendable. Gracia señora Sylvia por su cariño y paciencia. Judith (Nicaragua)

* Su experiencia personal y formación la convierten en una persona referente en Coach Oncológico. Te da herramientas para vivir de la mejor forma posible un proceso tan duro como es el Cáncer, ya seas paciente o acompañante. ¡¡Confía en ella!! Carmen Paula – Financias Seat 

 * No puedo estar más contenta con Silvia, sus palabras y dinámicas están despertando en mi, la que era hace muchos años. Estoy super agradecida. Todos deberíamos tener una Silvia en nuestra vida. Maite (Ciudad Real) 

 * Del taller de acompañamiento oncológico que imparte Marta Brule solo puedo decir una cosa: fabuloso. Como coach profesional especializada en la materia, aporta valiosos recursos que ayudan a los participantes a realizar una saludable gestión emocional durante el proceso de acompañamiento. Además, también comparte una serie de herramientas prácticas que les permiten apoyar de forma óptima a los pacientes. Al tratarse de un grupo reducido de asistentes, consigue crear un ambiente íntimo y de confianza entre todos ellos; algo de suma importancia en este tipo de actividades. Gracias, Marta, por tu escucha, empatía y el apoyo tan necesario que brindas. Cristina García Copywriter y Redactora de contenidos digitales

 *  Conocí a Silvia por el libro de Piedras en los bolsillos, desde la primera página me sentí identificada, yo soy la tía Silvia de mi sobrina. Busqué su contacto en internet y empecé con ella en seguida. Su experiencia con su sobrino, su alto conocimiento en inteligencia emocional y otros, me ayudaron mucho. Ahora sé gestionar mucho mejor mis emociones y sé que no soy diferente, que hay más gente como yo y que el miedo y la impotencia se pueden trabajar. Gracias Silvia! Rosana (Barcelona) 

* …, el haber conocido a Marta, significa un alivio muy grande en la enfermedad de mi hijo, me encontraba perdida, triste y sin saber por dónde tirar,… me siento más fuerte y con ganas de pelear…

Sevilla 

* Silvia es una mujer espectacular, sensible, empática, dulce y muy amable. Las sesiones con ella son muy transformadoras. La recomiendo al 1000×100. No supe que se podían hacer sesiones por internet, me parecían frías antes, pero con ella es todo calor. Cariños desde Chile, Vero  

 * Muchas gracias Marta, gracias por escucharme y atenderme, por estar ahí siempre que te he necesitado. Mi hijo ya descansa, se fue en mis brazos lleno de amor y paz en mi corazón. No me olvidaré nunca de ti y de todo lo que hiciste por nosotros. Maite (Cuenca) 

 * Gracias Silvia por haberme escuchado, comprendido y respetado en mis tiempos. Ahora sé que puedo creer en mi y he aprendido a quererme y respetarme,… me has ayudado un montón! tengo mucha más seguridad y estoy mucho más tranquila. Ahora me enfrento a las reuniones y a mi jefe con confianza y seguridad. Gracias

Ana G. Laquez 

.. Tannto tendría que decir del acompañamiento oncológico y de Marta Brule.  Desde el debut de mi hijo quise creer que no me hacía falta ayuda, quise creer que mientras él estuviera bien no necesitaba nada más.  Hasta que un día me di cuenta que no podía seguir, que no podía seguir sola, que necesitaba alguien con quien poder compartir mis miedos, mis incertidumbres, mi ansiedad…. Mi hijo ya estaba bien, era entonces cuando yo empezaba a estar peor…  

El acompañamiento oncológico me ayudó a ver la luz al final del camino, a darme cuenta de que todos esos pensamientos que me aturdían formaban parte del mismo proceso, del mismo camino, ese camino que yo ya no podia seguir haciendo sola.   

Sin lugar a duda fue lo mejor que hice, aprendí a caer, a pedir ayudar, a reconocer que no podía con todo… Aprendí que no estaba sola, a vivir el momento, ese momento en el que estábamos bien, sin futuros inciertos. 

Me enseñó a tener recursos, a no dejar que mi mente estuviera siempre en negativo, a ver más allá de mi hijo enfermo.   

No tengo palabras de agradecimiento suficientes y aconsejo a todo el mundo que desgraciadamente lo necesite, a buscarlo… Acompañados siempre es más fácil.  Gracias Marta, siempre!

Alicia Gargantilla