Con la tremenda catástrofe de la Dana en la Comunidad de Valencia, he sido consciente, quienes me conocéis ya sabéis que me observo y trabajo cuando soy consciente de un bloqueo y en este caso es algo en lo que voy avanzando aunque cuesta, como decía he sido consciente de que me estaba disociando de dolor ante el sufrimiento de los afectados. Cuando me permití sentir, las lágrimas aparecieron en mis ojos y me di cuenta de que lo había estado bloqueando rodeándolo de una barrera. Lo tuve que mirar, reconocer y trabajar ¿Cómo lo hice?, pues reconocí que hay situaciones sobre las que no tengo ningún control, pero sí podía hacer algo y me puse a ello.
Las Consecuencias de Guardarse lo que Sentimos
Guardarse, ocultar lo que sentimos, evitar hablar de nuestras preocupaciones o eludir el dolor puede afectar profundamente nuestra salud física y emocional. Cuando decidimos no expresar nuestras emociones y callarlas, estamos cargando con un peso que, con el tiempo, se convierte en una carga difícil de sostener, afectándonos a nivel mental/emocional y también al cuerpo al llegar a somatizarlas.
Un estudio realizado en Estados Unidos, en el que se siguió a miles de personas durante 50 años, arrojó un resultado interesante: quienes tienden a ver la vida con una mirada pesimista viven menos tiempo que aquellos con una actitud optimista. La conclusión parece clara: expresar lo que sentimos, verbalizar nuestras emociones, es clave para cuidar de nuestra salud y mantener un equilibrio emocional.
Hablar Como un Acto de Autocuidado
Hablar de nuestras preocupaciones, de nuestros miedos y fracasos con personas de confianza y que sepan escuchar sin juzgar es una de las herramientas más efectivas para reducir la carga emocional que llevamos. Al compartir lo que nos duele, liberamos parte de ese peso y podemos ver nuestras emociones con mayor perspectiva. Cuando encontramos un espacio seguro para hablar sin temor a ser juzgados, estamos cuidando de nosotros mismos. Hablar en el acompañamiento oncológico es alivio y conexión emocional
Las Consecuencias de Reprimir Emociones
Reprimir nuestras emociones y pensamientos, en lugar de procesarlos y compartirlos, puede llevar a la acumulación de resentimiento, odio o rencor. Estas emociones negativas no solo afectan nuestras relaciones, sino que también nos afectan directamente. En realidad, cuando guardamos esos sentimientos, el daño mayor lo experimentamos nosotros mismos. Para poder vivir en paz, es importante liberar lo que nos pesa y dejar que nuestras emociones fluyan, reconociendo su existencia en lugar de intentar ignorarlas.
El Poder Sanador de una Conversación respetuosa y empática
Hablar y conectarse con otro ser humano tiene un poder transformador. Una conversación auténtica y sincera puede ser profundamente sanadora, y lo mismo sucede con el amor. Cuando compartimos y nos mostramos vulnerables, cuando nos damos permiso para expresar nuestras emociones sin filtros, estamos abriendo la puerta a una comprensión más profunda de nosotros mismos y de quienes nos rodean.
Rodearse de personas que nos escuchen de verdad, que nos apoyen y que nos aporten energía y motivación es esencial para nuestro bienestar emocional. Estas relaciones genuinas, basadas en la empatía y la comprensión, nos dan la seguridad de que no estamos solos y de que, incluso en los momentos más difíciles, contamos con personas que nos apoyan.
Tómate un momento para reflexionar: ¿Tienes personas así en tu vida? Si no es así, quizás es tiempo de empezar a buscarlas. En el cáncer el Acompañamiento y Coaching Oncológico es clave. Construir relaciones de confianza y profundidad lleva tiempo, pero los beneficios emocionales y físicos de estas relaciones son incalculables y merecen el esfuerzo.
Si ya tienes en tu vida a esas personas valiosas, cuídalas como el tesoro que son. Las relaciones auténticas requieren atención y dedicación constante. No basta con tenerlas, es necesario prestarles atención y fortalecerlas. Porque, como dice el proverbio, «lo que abandonas, te abandona».
Las relaciones importantes florecen o se desvanecen en función del cuidado que les demos. Cada palabra de apoyo, cada gesto de cariño y cada escucha activa fortalecen el vínculo y construyen una conexión profunda y duradera. No se trata solo de tener relaciones, sino de aprender a valorarlas ya invertir en ellas, reconociendo el impacto que tienen en nuestra vida.
No subestimemos el poder de hablar y conectar, es uno de los regalos más poderosos que podemos darnos a nosotros mismos.
Si necesitas acompañamiento emocional, estamos aquí para ayudarte
Recuerda que podemos recomendarte los mejores profesionales del Acompañamiento y Coaching Oncológico que han pasado por nuestra escuela, para recibir sesiones, y también puedes recibirlas sin ningún coste con nuestros alumnos en prácticas que ya finalizan la formación y de nuestro programa de «Acompañamiento Solidario».
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