Escribir es terapéutico porque en el centro de la escritura está la autoexpresión, ayuda a procesar emociones y facilita la expresión y el autoconocimiento .
Las emociones afectan a nuestras células, por eso escribir beneficia nuestra saludo física, mental y emocional. La escritura reflexiva o expresiva tiene el beneficio de la intención, que es compartir, expresar cómo se siente acerca de algo concreto, incluso al ir escribiendo aparecen emociones o pensamientos de lo que no habíamos sido conscientes antes. La escritura implica la activación simultánea de los dos hemisferios cerebrales.
El cáncer es una experiencia que cambia nuestras vidas, las de quienes han sido diagnosticados y su entorno. Puede desencadenar emociones muy potentes que, a veces, resultan difíciles de procesar y verbalizar. Escribir puede ser una alternativa increíblemente efectiva. Es una forma de terapia expresiva que ayuda a liberar pensamientos, emociones y sentimientos empujándonos hacia el camino del bienestar y liberación.
Cuando reprimimos emociones nuestro cuerpo se tensa y entra en un estado de estrés, lo que puede provocar agotamiento y ansiedad, además de alterar el sistema inmunológico, cuando el sistema inmune sufre, nuestra salud peligra. Escribir proporciona una salida segura para compartir estas emociones ocultas, lo que, a su vez, relaja el cuerpo, reduce el estrés y este proceso es sanador.
Nadie tiene por qué compartir sus escritos, es un proceso muy personal a no ser que quiera hacerlo, y en este caso es importante asegurarse de que quien lo va a leer va a saber evitar juicios y críticas, va a saber acogerte o, por el contrario, asegurarnos de que podemos aceptar su respuesta sin que nos afecte, pero realmente el objetivo no es que alguien lo lea sino que nos dediquemos ese tiempo tan valioso a este proceso tan increíble y potente. ¡Es un proceso profundamente personal!
El Dr. Antonio Jiménez comparte que en 2013, investigadores de los Institutos Nacionales de Salud descubrieron que las terapias de artes creativas (incluida la escritura) reducían significativamente la ansiedad, la depresión y el dolor, y mejoraban la calidad de vida de los pacientes con cáncer.
Escribir nos ayuda a parar, pensar y entender mejor lo que está sucediendo, su contexto, y cómo puede ser el futuro.
No sólo nos libera emocionalmente, si no que permite expresar nuestra creatividad y surgir nuevas ideas, opciones y soluciones.
¿Sabías que una sesión de escritura terapéutica de unos 15 ó 20 minutos puede ser suficiente para cambiar la forma en que pensamos y sentimos sobre el proceso que estamos viviendo casi de inmediato?
En la escritura terapéutica, el proceso de escribir es más importante que el resultado, es decir, no son las frases que se escriben en la página sino la experiencia de escribir. También podrás releerlo más adelante y continuar tu avance y proceso sanador.
NECESITARÁS: Un diario, cuaderno, o papel con bolígrafo, lápices o marcadores de colores.
Un espacio confortable y sin interrupciones. dedica un tiempo para ti sin que nadie te interrumpa o te moleste, respeta este proceso y momento en el que tú eres la persona más importante de mundo. Escribe durante 15 a 30 minutos completos sin parar.
Recuerda que no se requiere ninguna experiencia en escritura, lo importante es tener la oportunidad de expresarse realmente
- Puedes escribir y dibujar todo lo que sientes en este momento, donde estás, hacia dónde quieres ir y cómo quieres sentirte, por ejemplo. Desahógate en el papel, vuelca todo lo que sientes y después añade las cualidades y recursos que tienes para lograr la mejora u objetivo en positivo.
- Puedes escribir todas las noches en tu diario de gratitud al menos 5 cosas buenas, situaciones o experiencias que has vivido y has sentido o realizado tú en el día.
- Puedes escribir a diario 5 cosas que te definen, solo una palabra, frase u oración como máximo, sin pensar demasiado en ello y cómo ellas te ayudan a avanzar o te frenan.
- Carta a ti misma/o: Escribe la carta a tu persona anterior, tal vez antes de su diagnóstico de cáncer o inmediatamente después, si eso está lo suficientemente lejano en el pasado. ¿Qué necesita ese yo en particular escuchar de ti ahora? ¿Y por qué necesitas ahora acercarte a el? La carta podría ser una forma de advertencia, de tranquilidad o de deseo de que las cosas mejorarán. Fíjate en tus palabras, en el tono con el que te diriges. Ten en cuenta que tus pensamientos y sentimientos ahora probablemente sean diferentes de los que tenías entonces, que es el objetivo del ejercicio: ganar perspectiva sobre tu experiencia y tu propia evolución.
- Expectativa/realidad: escribe sobre una situación o momento (por ejemplo, tu primera infusión de quimioterapia, cuando le contaste por primera vez a un ser querido importante sobre tu diagnóstico, o alguien que te ofreció o negó apoyo) donde tus expectativas eran diferentes de cómo resultó realmente. . Puedes escribir dos artículos (una expectativa, una realidad) o un escrito comparando y contrastando los dos. La expectativa versus la realidad puede estar relacionada con tu propio comportamiento, estado emocional, etc.
- Escribe sobre aquello de lo que estás orgullosa/o de ti misma/o.
Escribir es una forma de unir palabras con sentimientos y sentimientos con experiencias. Del estrés caótico y la emoción de una experiencia, quien escribe resurge con una historia significativa, a menudo con una visión nueva y más compasiva de sí mismo o de su relación con el mundo. Su visión de la vida y del futuro puede ser realmente más positiva.
Si te resulta difícil hacer frente a tus emociones, considere hablar con un profesional del Acompañamiento Oncológico o un psicooncológo.
¡Conviértelo en una rutina!