El ser humano es una casa de huéspedes
Cada día una nueva visita, una alegría, una tristeza,
una decepción, una mezquindad,
Cierta conciencia momentánea
llega como un visitante inesperado.
¡Dales la bienvenida y acógelos a todos!
incluso si son una multitud de lamentos,
que desvalija violentamente tu casa.
Aún así, trata a cada huésped honorablemente pues
puede estar creándote espacio
para un nuevo deleite.
Al pensamiento oscuro, a la vergüenza, a la malicia
recíbelos en tu puerta con una sonrisa
e invítalos a entrar.
Sé agradecido con quien quiera que venga
porque cada uno ha sido enviado
como una guía del más allá.
Rumi
Nos invita a reflexionar sobre las emociones que cada día vivimos. Emociones que ya sean buenas o menos buenas, debemos permitirles estar, observando qué quieren decirnos o enseñarnos, ya que toda emoción busca mostrarnos algo de nosotros mismos que quizás ignoramos de forma inconsciente o no. Nos anima a aceptar los altibajos de la vida como experiencias valiosas, a acoger todas las emociones, como oportunidades de crecimiento.
En lugar de rechazarlas o ignorarlas, debemos verlas, aceptarlas y observar su mensaje.