En el camino del cáncer, una de las lecciones más profundas que se nos presentan es la necesidad de vivir el momento presente. El diagnóstico, el tratamiento, las incertidumbres y los altibajos emocionales que surgen en este proceso nos pueden arrastrar a un constante ciclo de preocupaciones sobre el futuro o de tristeza por lo que ya no podemos cambiar. Aquí es donde el concepto de El Poder de la Presencia, tal como lo describe Eckhart Tolle, se convierte en una herramienta de tremendo valor para recuperar la paz interior y reconectar con nuestra esencia más profunda.
¿Qué es El Poder de la Presencia?
Según Eckhart Tolle, la presencia es el estado de consciencia plena en el que nos liberamos de la mente, el pensamiento constante y la narrativa que crea la ilusión de separación. Al estar presentes, no estamos atrapados en las preocupaciones sobre el futuro ni en los arrepentimientos del pasado; simplemente somos. El poder de la presencia nos permite experimentar la vida tal como es, sin distorsiones mentales, y con total aceptación del momento que estamos viviendo.
Para las personas con cáncer y sus familias, este concepto puede ser transformador. El proceso oncológico no afecta únicamente al cuerpo, sino también a la mente y el espíritu. Vivir el presente se convierte en una manera de encontrar paz, independientemente de lo que suceda en el futuro.
La Presencia Como Herramienta de bienestar
El proceso de aceptación es fundamental en el acompañamiento oncológico. Los pacientes y expacientes de cáncer a menudo viven con el miedo al futuro, las incertidumbres sobre la evolución de la enfermedad y las emociones intensas vinculadas a esta etapa de la vida y al después. Aquí, el poder de la presencia actúa como un antídoto contra la ansiedad y el sufrimiento mental, permitiendo que la persona se libere de la carga de la anticipación y se conecte con su ser profundo, en paz con lo que es.

Vivir el Presente en el Acompañamiento Oncológico: Claves Prácticas
Como coachs y acompañantes oncológicos, podemos incorporar el poder de la presencia en nuestras sesiones para que puedan reconectar con el aquí y ahora. Aquí algunas estrategias prácticas que pueden ser muy útiles en este proceso:
1. Respiración Consciente:
El primer paso para estar en el presente es tomar conciencia de la respiración. La respiración es el ancla más poderosa que tenemos para anclarnos en el momento presente. Cuando las personas sienten que sus mentes se llenan de pensamientos sobre el futuro o el pasado, se les puede guiar para que centren su atención en su respiración. Cada inhalación y exhalación se convierte en un recordatorio de que están vivos en este momento.
Ejercicio práctico:
Invitar al acompañado o coachee a realizar una respiración profunda de 5 minutos al comienzo de cada sesión o en momentos de tensión. La atención plena en la respiración ayuda a calmar la mente y restablecer el equilibrio emocional.
2. Visualización de un Lugar Seguro:
El poder de la presencia también se puede cultivar mediante el uso de visualizaciones. Guiar a los pacientes y familiares en una visualización de su lugar seguro (un espacio mental o físico donde se sienten completamente a salvo y en paz) les permite sentirse más centrados y menos abrumados por el miedo o la ansiedad que acompaña al proceso de la enfermedad.
Ejercicio práctico:
Guíale a visualizar un lugar en la naturaleza, o cualquier lugar que les traiga paz, y permitir que cada uno se conecte emocionalmente con este espacio. Esta práctica puede ser utilizada para liberar tensiones o como preparación antes de una sesión de tratamiento.
3. Aceptación:
Según Tolle, la aceptación radical del momento es clave para la paz interior. En lugar de luchar contra lo que está sucediendo, es esencial aceptar lo que es, sin resistirse. Esto no significa rendirse o resignarse, sino aceptar la realidad tal como es en este preciso instante. Este acto de aceptación libera a la persona de la carga emocional del sufrimiento innecesario.
El Poder de la Presencia en la Enfermedad: Transformación y Empoderamiento
La presencia no es solo una herramienta para calmar la mente, sino también una vía hacia la transformación. Al aceptar lo que está sucediendo, no solo dejamos ir el sufrimiento, sino que también nos abrimos a nuevas perspectivas. La enfermedad no tiene que ser vista como un obstáculo insuperable, sino como una oportunidad para conectar con lo más profundo de uno mismo. Este proceso de aceptación activa permite que la persona se empodere, retome el control de su vida y viva con más plenitud, independientemente del diagnóstico.
La Presencia en el Acompañante: Acompañar Desde el Ser
Es importante señalar que el poder de la presencia no solo es útil para el paciente, sino también para el acompañante. Como acompañantes o coaches, nuestra capacidad de estar presentes y completamente conectados con el paciente o familiar fortalece el proceso. Cuando ofrecemos presencia plena, no estamos tratando de solucionar los problemas o eliminar el sufrimiento, simplemente estamos creando un espacio seguro y amoroso donde permitir avanzar hacia el bienestar y la sabiduría.
El Acompañamiento oncológico es un camino de Amor. – Silvia Brule
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