Curiosamente, tendemos a ignorar o reprimir el dolor emocional, pensando que desaparecerán por sí solas. Pero ¿Qué sucede cuando el dolor emocional persiste y afecta nuestra calidad de vida?
El dolor emocional puede ser muy incómodo, pero curiosamente, parece que nos resulta más fácil ignorarlo, negarlo y evitamos enfrentarlo. A veces tratamos de evitar o ignorar este dolor, pero es importante reconocerlo y aprender a superarlo.
Ignorar el dolor emocional puede parecer una estrategia temporalmente efectiva para evitar el malestar, pero a largo plazo, puede tener consecuencias muy negativas. La sociedad, por la forma en que fuimos educados, también juega un papel importante al estigmatizar la expresión emocional y enfatizar la necesidad de «ser fuertes» en todo momento.
Afortunadamente, eso está cambiando y cada vez más rápido.
Cuando ignoramos o reprimimos el dolor emocional, puede afectar a nuestra salud física, mental y a nuestras relaciones personales. El estrés crónico causado por el dolor emocional no gestionado puede debilitar el sistema inmunológico y llevarnos a situaciones de depresión y ansiedad.
A veces, nos da miedo por si, al mirar de frente el dolor, nos quedaremos atrapados en él para siempre. Por lo tanto, tendemos a evitarlo o suprimirlo, esperando que desaparezca por sí solo. Sin embargo, ignorar el dolor solo prolonga nuestro sufrimiento.
Además, puede afectar nuestras relaciones al interferir con nuestra capacidad de conectarnos y comunicarnos de manera saludable con los demás. Poder comprender a los demás sin sufrir, contagio emocional por exceso de empatía al tener tus propias emociones mal gestionadas o ignoradas.
Pero ¿Cómo podemos superar el dolor emocional?
Pues lo primero es permitirnos reconocer y aceptar lo que estamos sintiendo. Dedica un momento a observar lo que sientes, dale nombre a eso que estás sintiendo. Permítete sentir sin juzgarte a ti mismo. Identifica las emociones que estás experimentando y date permiso para experimentarlas plenamente.
El siguiente paso es buscar alguien de confianza o un profesional para comunicar tus sentimientos, alguien con quien puedas compartir lo que estás experimentando. Expresar tus emociones en palabras, verbalizarlas, es una gran ayuda para poder procesarlas y obtener apoyo emocional.
Con un profesional, podrás practicar la autorreflexión guiada, que te ayudará a comprender mejor tus emociones, las creencias y pensamientos asociadas a ellas y tendrás la oportunidad de aprender y crecer a partir de ellas.
Aprende técnicas de respiración, relajación y meditación para reducir la ansiedad y aumentar tu bienestar, pasos necesarios para aprender a gestionar tus emociones y tu dolor.
Haz ejercicio, pasea, come sano y dedica tiempo para ti, para mimarte, para hacer lo que te gusta, para practicar tu autocuidado.
Sé amable contigo mismo durante este proceso y date el permiso de sanar a tu propio ritmo. Con el tiempo, la comprensión y el apoyo adecuado, puedes superar el dolor emocional y abrirte a la felicidad y el crecimiento personal.
Recuerda que «la actitud«, es fundamental para todo y de cada experiencia puedes decidir aprender o quedarte en lo malo.
Afrontar el dolor emocional ante la pérdida es también un proceso necesario para sanar y seguir adelante. Ignorar o suprimir el dolor solo prolonga nuestro sufrimiento. Date tiempo para procesar el duelo. Permítete sentir y reconocer tus emociones y cuida de ti mismo.
Acepta la pérdida, adáptate y busca encontrar significado y propósito en tu vida. Recuerda que el tiempo y el autocuidado son aliados importantes en el camino hacia la super