La Navidad es una etapa especial del año que, para quienes viven el diagnóstico o tratamiento del cáncer, sus familiares y amigos, puede ser muy difícil. Estamos viviendo una «tormenta» y nos cuesta, no sólo gestionar las emociones sino poner límites asertivos y escuchar nuestras propias necesidades.
La presión social para estar alegre y festivo puede intensificar las emociones ya de por sí intensas. La tristeza, la culpa, el miedo a que puedan ser las últimas a veces se cuela por las rendijas. Las invitaciones a reuniones sociales, siempre con una muy buena intención, ponen a prueba la resistencia física y emocional. Puede haber una silla vacía esta Navidad y cuesta mucho saber qué hacer.
Nosotras también lo vivimos, y una de las situaciones más comunes puede ser el poner límites, saber lo que necesitamos y hasta donde podemos llegar y comunicarlo de una forma asertiva
Me gustaría ofrecerte algunos consejos para vivir la Navidad de una manera que respete tus emociones y fomente el autocuidado:
- Permítete sentir. Puedes sentir tristeza, nostalgia o rabia y está bien. Permítete sentir sin juzgarte. La aceptación de tus sentimientos es el primer paso hacia una gestión emocional saludable.
- Comunica tu sentir y necesidades. Expresar cómo te sientes o lo que necesitas ayudará a que los demás sepan cómo actuar. Aprender a poner límites de forma asertiva es una habilidad muy útil que permite expresas tus necesidades de una forma que mantiene el respeto y las relaciones sanas. Di que no obliguen ni impongan.
- Crea nuevas tradiciones y comienza a delegar. Hay más formas de pasar las fiestas. Esto puede ayudarte a encontrar momentos de alegría y nuevo significado, especialmente si hay niños. Aprovecha las posibilidades que surjan para distraerse de la enfermedad.
- Practica el autocuidado. Dedica tiempo a cuidarte a ti mismo: duerme lo suficiente, come de forma saludable y practica actividades que te aporten paz y bienestar como leer, meditar, hacer ejercicio, viajar, …
- Celebra los recuerdos. Especialmente si alguien falta, en lugar de centrarte en su ausencia, puedes honrarle con sus deseos, su recuerdo, anécdotas, momentos vividos que os llenaron de amor, risas y felicidad. Esta celebración puede ayudarte a mantener viva tu memoria y encontrar consuelo.
- Vivirla sin expectativas. Apartar las expectativas que se puedan tener sobre estos días, vivir la Navidad tal y como vayan transcurriendo los días, sin compararla con otros años.
Acepta tus emociones, comunica tus necesidades y encuentra formas personales de celebrar. Al hacerlo, puedes vivir de una manera que sea significativa y respetuosa con tu viaje personal. Recuerda, la autenticidad y el autocuidado son importantes para atravesar este período con compasión y resiliencia.
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