Hoy en clase estábamos hablando de las frases que escuchamos de personas con buena intención sin ser conscientes del daño que pueden hacer y de las frases que nos gustaría haber escuchado, obviamente hablábamos de oncología, y me he acordado de esta historia que aunque no tiene ese enfoque si es útil en cualquier momento de nuestra vida:
La prueba del triple filtro de Sócrates
Un día, en la antigua Grecia, un conocido se reunió con el gran filósofo Sócrates y le dijo: «¿Sabes lo que acabo de oír sobre tu amigo?»
“Espera un minuto”, respondió Sócrates. “Antes de decirme nada, hagamos la prueba del triple filtro.»
– “¿Triple filtro?” preguntó el hombre.
«Así es», continuó Sócrates. “El primer filtro es la verdad. ¿Estás absolutamente seguro de que lo que estás a punto de decirme es verdad?«
El hombre respondió: “Bueno, no… me acabo de enterar y…”
Sócrates interrumpió: “Muy bien, entonces ni siquiera sabes si es verdad. Ahora probemos el segundo filtro, el filtro de la bondad. ¿Lo que estás a punto de contarme sobre mi amigo es algo bueno?
El hombre respondió: “No, al contrario…”.
Sócrates volvió a interrumpir: “Entonces quieres contarme algo malo sobre él, pero no estás seguro de que sea verdad. Bien, probemos el filtro final, el filtro de utilidad. ¿Me va a servir de algo lo que tienes que contarme sobre mi amigo?
El hombre respondió: “En realidad no…”.
Sócrates concluyó: «Bueno, si lo que quieres decir no es verdad, no es bueno ni útil, entonces ¿por qué decirlo? ¿Para qué querría saberlo?».
Julian Treasure dijo una vez: “La voz humana… Es probablemente el sonido más poderoso del mundo. Es el único que puede iniciar una guerra o decir ‘te amo’”.
¿A cuántos de nosotros nos han enseñado realmente a hablar con empatía y respeto? Tiene mucho que ver con la falta de aprendizaje de Inteligencia Emocional, si la prueba del triple filtro de Sócrates y la IE se enseñara desde la infancia, ¿Qué diferentes serían nuestras habilidades, nuestra vida y qué diferente sería el mundo?