La culpa que no es tuya: cómo liberarte de esa carga en el cáncer

30/04/2025

La culpa es una de las emociones más invisibles, pero también de las más pesadas que pueden acompañarnos cuando el cáncer irrumpe en nuestra vida, ya sea como pacientes, como familiares, como madres, padres, hermanos, amigos o acompañantes.

Yo misma, durante el proceso oncológico de mi sobrino, sentí esa culpa muchas veces. Me preguntaba si estaba haciendo lo suficiente, si había algo que podría haber hecho mejor, si debía haber estado más presente, si alguna palabra mía había herido sin querer… Esa voz interna que nos susurra: “No has hecho lo que debías” o peor aún, “No eres suficiente”.

Y no soy la única que lo ha sentido.

¿Por qué sentimos culpa cuando llega el cáncer?

Porque el cáncer nos enfrenta a lo imprevisible, a lo que no podemos controlar. Y cuando no podemos cambiar la realidad, muchas veces intentamos buscar una causa, una explicación… y esa búsqueda suele volverse contra nosotros mismos.

  • Si eres paciente, puede que en algún momento hayas pensado:
    “¿Será que hice algo mal?”
    “¿Si hubiera llevado otra alimentación, si hubiera gestionado mejor el estrés, si hubiera detectado antes los síntomas…?”
  • Si eres familiar o acompañante, tal vez hayas sentido:
    “¿Y si hubiera insistido más para que fuera al médico?”
    “¿Si hubiera estado más tiempo a su lado?”
    “¿Si hubiera hecho las cosas de otra manera?”

La culpa es, en muchos casos, la manera que tiene la mente de buscar el control en medio del caos. Pero la verdad es que la mayoría de esas culpas no son reales y no nos pertenecen. Muchas veces son cargas aprendidas, expectativas imposibles, juicios internos que solo alimentan el dolor.

Cuando la culpa no es tuya… pero la llevas puesta

Hay culpas que nos ponemos nosotros mismos. Y otras que, aunque no son nuestras, nos son colocadas sin querer por los comentarios de los demás, por la sociedad, o por las creencias con las que hemos crecido.

  • “Tienes que ser fuerte por los demás.”
  • “No puedes derrumbarte.”
  • “Tienes que estar siempre ahí, sonriendo, cuidando, sin fallar.”
  • «Tienes que hacer …. No hagas …»

Pero somos humanos, no máquinas. Acompañar a alguien en un proceso oncológico, o vivirlo en carne propia, no debería convertirse en una competición por hacerlo todo perfecto. Porque la perfección no existe. Y porque el amor, el verdadero amor, no necesita perfección.

Las raíces profundas de la culpa

Detrás de esa culpa que duele, que pesa y que bloquea, suelen esconderse tres grandes raíces:

  • La autoexigencia: Esa presión interna que nunca nos deja ser suficiente.
  • La educación: Mensajes recibidos en la infancia como “me has decepcionado” o “deberías avergonzarte”.
  • Las expectativas sociales: Normas externas sobre cómo deberíamos vivir, sentir o actuar, que muchas veces son inalcanzables o deshumanizadoras.

Y cuando estas raíces se combinan con el dolor de una enfermedad como el cáncer, la culpa encuentra terreno fértil para crecer.

El impacto emocional y físico de la culpa no gestionada

Si no la miramos de frente, la culpa se va quedando dentro, haciendo nido y desgastándonos poco a poco. Puede provocar:

  • Bloqueo emocional y dificultad para expresar lo que sentimos.
  • Ansiedad, insomnio, agotamiento físico y mental.
  • Tensión muscular, dolores de cabeza, contracturas.
  • Daña muchísimo la autoestima y el amor propio.
  • Aislamiento, silencio, dificultad para pedir ayuda.
  • Sentimientos de desconexión con las personas que más queremos.

Y lo peor es que nos aleja de lo que realmente necesitamos en momentos tan difíciles: el autocuidado, la comprensión y el permiso para ser humanos.

¿Cómo empezar a liberarte de esa culpa?

1. Párate y reconoce lo que sientes.

Ponle nombre a esa emoción. “Esto que siento es culpa.” Solo desde la conciencia podemos empezar a comprenderla y gestionarla.

2. Pregúntate: ¿De verdad esto depende de mí?

¿Era realmente tu responsabilidad? ¿Tenías el poder de cambiar lo que ocurrió? Muchas veces, la respuesta es no.

3. ¿Qué le dirías a alguien a quien amas si estuviera en tu lugar?

Si una persona a la que quieres te contara lo que tú has vivido, ¿le dirías que es su culpa? Seguramente no. Le dirías que hizo lo que pudo, que estuvo ahí, que su amor es suficiente. Date a ti mismo esas mismas palabras.

4. Permítete ser humano.

No siempre vas a saber qué hacer. No siempre vas a tener la respuesta perfecta. Y está bien. Acompañar es estar, es ofrecer presencia y amor, no soluciones mágicas que no hay.

5. Elige soltar el látigo interno.

Pregúntate: “¿Esta culpa me ayuda a cuidar mejor de mí o de los demás? ¿O solo me hace daño?” Si la respuesta es que solo duele, es momento de dejarla ir.

La culpa no es el precio del amor

A veces confundimos el amor con sacrificio, con exigencia, con aguantar sin descanso. Pero amar no es cargar con culpas. Amar es acompañar desde la presencia, desde la humildad de saber que no siempre podemos o sabemos, pero que estamos ahí, tal vez simplemente en silencio, y eso es amor, esa presencia muchísimas veces su suficiente.

Nadie merece vivir así. Y mucho menos tú.

“No es tu culpa, es tu historia. Y mereces vivirlo desde el amor, no desde la condena.”

En Brulemoción estamos aquí para acompañarte

Sabemos lo que es sentirse así. Por eso, en Brulemoción trabajamos cada día para ayudarte a comprender tus emociones, a soltar las cargas que no te corresponden y a caminar hacia una vida más auténtica, con menos culpa y más compasión hacia ti.

Si sientes que esta emoción te pesa, que te bloquea, que no sabes cómo gestionarla, puedes formarte con nosotros o recibir sesiones de acompañamiento emocional. No tienes que cargar con esto solo.

Trabajamos desde este lugar: humano, amoroso y real. Sabemos que el camino emocional durante y después del cáncer está lleno de luces y sombras. Y que no hay un solo modo correcto de caminarlo, sino el tuyo. Te acompañamos a descubrirlo, con respeto, sin exigencias, sin juicios.

Si sientes que necesitas apoyo, formación o simplemente un espacio para ti, estamos aquí para ayudarte. 

Recuerda que podemos recomendarte los mejores profesionales del Acompañamiento y Coaching Oncológico que han estudiado en nuestra escuela, para recibir sesiones y también puedes recibirlas sin ningún coste con nuestras alumnas en prácticas que ya finalizan la formación y de nuestro programa de «Acompañamiento Solidario», escríbenos ✉️ info@brulemocion.com o +34 615 587 128.

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Otros artículos relacionados en este enlace: -Gestión emocional

Artículo sobre la culpa en la web de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC): https://blog.contraelcancer.es/?s=emociones

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