fbpx
El miedo en el cáncer

19/09/2023

Sabemos que el cáncer es una enfermedad que cambia la vida de las personas que la sufren y de sus familiares. Después de terminar el tratamiento, es normal tener miedo a que el cáncer reaparezca o se extienda. Pero este miedo puede impedirte disfrutar del presente y afectar a tu calidad de vida. En este artículo, te explicaremos qué son los miedos irracionales.

El miedo a la recaída puede manifestarse de diferentes formas, como:

– Pensamientos anticipatorios, limitantes y repetitivos sobre la enfermedad, las revisiones, los síntomas, etc.

– Ansiedad, tristeza, irritabilidad, culpa, etc.

– Nerviosismo, taquicardia, insomnio, tensión muscular, etc.

Estos pueden interferir para llevar una vida normal, con bienestar. Por eso, es importante que aprendas a identificarlos, entenderlos y gestionarlos.

Los miedos anticipatorios o disfuncionales son aquellos que se basan en suposiciones o hipótesis sobre lo que puede pasar en el futuro, sin tener en cuenta la evidencia o la probabilidad real de que ocurra. Por ejemplo: “¿Y si el cáncer vuelve?”, “¿Y si no me curan?”, “¿Y si me quedo solo/a?”.

Estos miedos te impiden disfrutar del momento presente, ya que te hacen vivir en un estado de alerta constante y te generan ansiedad y estrés. Además, te impiden ser consciente de los recursos y las fortalezas que tienes para afrontar posibles dificultades.

Para superar estos miedos, es importante que los identifiques, los cuestiones y los sustituyas por pensamientos más adaptativos. Por ejemplo: “No puedo saber lo que pasará en el futuro, pero puedo confiar en mi cuerpo, en mi equipo médico y centrarme en hacer lo necesario para relajarme y vivir el presente”, “Ahora mismo he acabado el tratamiento y estoy en remisión”.

Es importante cambiar esos pensamientos por otros más racionales y beneficiosos, puedes utilizar alguna técnica eficaz para gestionarlos, que te ayude a analizarlos, cuestionar o evaluar su veracidad y reemplazarlos con una visión más constructiva centrada en tu bienestar actual.

Pero ¿Cómo vivir en el presente y disfrutar de la vida?

Vivir en el presente es esencial para superar el miedo anticipatorio. Centrarte en el aquí y ahora te permite descubrir y valorar las pequeñas alegrías de la vida y agradecer cada momento. Vivir en el presente también te ayuda a reducir la ansiedad asociada con el miedo a la recaída o al resultado de unas pruebas ya que te libera de las preocupaciones sobre un futuro desconocido.

Centrarnos en el aquí y ahora nos permite ver y valorar las pequeñas alegrías de la vida y encontrar gratitud en cada momento. 

Vivir en el presente también nos ayuda a reducir la ansiedad asociada a esos miedos ya que nos libera de las preocupaciones sobre el futuro.

Para vivir en el presente, puedes practicar la atención plena o mindfulness, una técnica que consiste en prestar atención al momento presente con una actitud abierta, curiosa y sin juicios. El mindfulness te ayudará a calmar tu mente y tu cuerpo, así como a aumentar tu bienestar y tu equilibrio emocional. Presta atención al proceso de la respiración, al ritmo, a la profundidad, a las sensaciones que produce en tu cuerpo. Respira profundamente por la nariz y exhala por la boca, lentamente y con suavidad. Hazlo durante unos minutos y verás cómo te sientes más tranquilo/a.

Otra forma de vivir en el presente es realizar actividades que gusten y te aporten satisfacción, diversión y alegría. Por ejemplo: leer, ver una película, salir con amigos, pasear, etc. Esto te ayuda a distraerte conectando con el presente y recuperando el sentido de tu vida.

Una forma de identificar tus miedos es escribirlos en un papel:

  • Identifica tus pensamientos.
  • Identifica tus emociones asociadas a esos pensamientos.
  • Cuestiona cada pensamiento: ¿Están basados en un hecho concreto o en suposiciones anticipatorias? Escríbelo
  • ¿Qué puedes hacer ahora para librarte de ellos? Escribe las opciones, recuerda que siempre hay aunque no les prestemos atención.

Detallar las evidencias que los apoyan o los contradicen te ayudan a ver si tus miedos son racionales o irracionales y si se basan en hechos o en suposiciones.

«La ansiedad atrapa nuestro cerebro. Cuando algo nos preocupa intensamente, nuestro pensamiento se enfoca únicamente en eso. Nos obsesionamos con ello y solo vemos, notamos, sentimos lo que confirma nuestras preocupaciones. Aunque tengamos pruebas objetivas, seguimos buscando más evidencias, porque necesitamos la confirmación de que tenemos razón.»

Artículos relacionados

Regulación Emocional, la Clave de la Inteligencia Emocional

Cuando hablamos de inteligencia emocional, solemos pensar en habilidades como la empatía o la resiliencia, que son fundamentales y reconocidas. Sin embargo, existe una habilidad menos mencionada, pero igual de poderosa: la Regulación o Gestión Emocional. Pero, ¿Qué...

El Amor Propio, La Semilla de una Vida Plena

El amor propio nos invita a reconectar con lo más importante: nosotros mismos. Este nuevo año es la oportunidad perfecta para reflexionar sobre nuestra autoestima , autocuidado y bienestar. En este camino de propósitos y cambios, el amor propio se convierte en una...