Mi historia con la PNL (Programación Neurolingüística): A los 15 años, un accidente de moto dejó una huella profunda en mi mente: un hueso desplazado y una reacción automática ante el chirrido de frenos. Ese sonido, como un eco del pasado, desencadenaba una tormenta de emociones: la visión de luces, el pensamiento aterrador. ¿Qué hace? «¡Me mata!»
Durante años, viví atormentada por una respuesta desmedida: hiperventilación, angustia, pánico, bloqueo total… Hasta que la PNL (Programación Neurolingüística) se convirtió en mi aliada. En una sola sesión, trabajamos con la asombrosa técnica «Mando a distancia con submodalidades«. ¡Y voilà!
Las submodalidades, esa joya de la PNL, son la clave para transformar nuestras experiencias internas. Nuestras percepciones se tejen a través de los cinco sentidos, y con la dinámica adecuada, podemos moldear esos registros para influir positivamente en nuestros pensamientos, emociones y comportamientos.
¡Lo logré! Ajustando el volumen del sonido (más bajo), apagando las luces imaginarias del coche y cambiando mi pensamiento a «todo está bien». La PNL me ofreció la herramienta para liberarme de la esclavitud de ese recuerdo.
¿Tienes alguna experiencia con la PNL que quieras compartir? ¡Comenta abajo!
Matilde Pastor, Trainer de OncoPNL en Brulemoción (Programación Neurolingüística enfocada a oncología)